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A medida que las hojas se visten con sus atuendos otoñales y el aire se llena de un frío penetrante, nos encontramos en la cúspide de una celebración que es a la vez espeluznante y encantadora: Halloween. Este acontecimiento mundialmente celebrado, impregnado de siglos de tradiciones y una pizca de creatividad moderna, ofrece una mezcla única de historia, misterio y alegría. Acompáñenos en un viaje a través de los orígenes, la evolución y las manifestaciones globales de Halloween, con un toque de extravagante encanto que sólo nosotros podemos proporcionarle.
¿Dónde empezó todo? Imagínese: en las antiguas tierras celtas, la fiesta de Samhain marcaba el final de la temporada de cosechas y la llegada del invierno. Se creía que la noche del 31 de octubre, la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos se difuminaba, permitiendo a los espíritus vagar libremente. Para ahuyentar a estos visitantes espectrales, los celtas encendían hogueras y se disfrazaban. La esencia misma de Halloween estaba impregnada de lo sobrenatural, un testimonio de la antigua fascinación de la humanidad por lo desconocido.
¿Dónde empezó todo? Imagínatelo: en las antiguas tierras celtas, la fiesta de Samhain marcaba el final de la temporada de cosechas y la llegada del invierno. Se creía que la noche del 31 de octubre, la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos se difuminaba, permitiendo a los espíritus vagar libremente. Para ahuyentar a estos visitantes espectrales, los celtas encendían hogueras y se disfrazaban. La esencia misma de Halloween estaba impregnada de lo sobrenatural, un testimonio de la antigua fascinación de la humanidad por lo desconocido.
Unos siglos más tarde, los romanos, con su afición a absorber las costumbres locales, añadieron su propio toque a la mezcla. Las fiestas de Feralia, en conmemoración de los muertos, y Pomona, en honor a la diosa de las frutas y los árboles, se fusionaron con Samhain. Esta fusión cultural enriqueció la celebración, añadiendo capas de simbolismo y tradición. Los romanos, amantes del jolgorio y los rituales, transformaron el Samhain en un acontecimiento más estructurado, pero que conservaba su esencia mística.
Luego llegaron los cristianos, que, en un intento de suplantar las tradiciones paganas, introdujeron la Víspera de Todos los Santos, la noche anterior al Día de Todos los Santos. Esta adaptación pretendía honrar a santos y mártires, pero el calendario no podía borrar las arraigadas costumbres asociadas a Samhain. En su lugar, se creó una mezcla de prácticas cristianas y paganas, una deliciosa ironía en la que una noche destinada a la observancia solemne se convirtió en un festival de juergas fantasmales. Así empezó a tomar forma Halloween tal y como lo conocemos, una celebración que se balancea en la delgada línea entre lo sagrado y lo espeluznante.
¿Cómo cruzó Halloween el Atlántico? La respuesta está en los inmigrantes irlandeses y escoceses que trajeron sus queridas costumbres a América. Estas tradiciones, profundamente entretejidas en su tejido cultural, encontraron un terreno fértil en el Nuevo Mundo. El Halloween de los inmigrantes distaba mucho del espectáculo comercial actual; era un asunto comunitario, impregnado de folclore y lazos familiares.
Con el tiempo, estas costumbres evolucionaron. Las reuniones comunitarias dieron paso a los desfiles, y la práctica del "guising" -en la que los niños iban disfrazados de puerta en puerta pidiendo comida o monedas- se transformó en la tradición moderna del "truco o trato". La transformación fue impulsada por la cultura del crisol de culturas de Estados Unidos, donde diversas tradiciones de inmigrantes se mezclaron y florecieron. En el siglo XX, Halloween se había convertido en un rasgo destacado de la cultura estadounidense, marcado por elaborados disfraces, casas encantadas y un auténtico festín de dulces.
Centrémonos en la linterna, símbolo emblemático de Halloween. Sus orígenes se remontan a los celtas, que tallaban nabos para ahuyentar a los malos espíritus. La historia de Stingy Jack, un pícaro astuto que engañó al diablo y fue condenado a vagar por la tierra con sólo un nabo tallado para iluminar su camino, añade un toque folclórico a esta tradición. Cuando los irlandeses conocieron la calabaza naranja en América, fue amor a primera vista. Más fáciles de tallar y visualmente más llamativas, las calabazas pronto se convirtieron en el nuevo lienzo para la creatividad de Halloween.
¿Por qué nos disfrazamos? Originalmente, los disfraces pretendían confundir a los espíritus errantes, protegiendo al portador de fuerzas malévolas. Con el tiempo, esta práctica evolucionó hasta convertirse en una alegre expresión de creatividad. Desde la espeluznante sencillez de las mortajas fantasmales hasta los elaborados atuendos inspirados en la cultura popular, los disfraces se han convertido en un elemento central de Halloween. Nos permiten adoptar otra identidad, aunque sólo sea por una noche, mezclando la tradición con el estilo contemporáneo.
Aunque algunos lamenten la comercialización de Halloween, es innegable el placer de decorar la casa con un esplendor espeluznante. Decoraciones tradicionales como esqueletos y telarañas comparten ahora espacio con elementos más caprichosos. Murciélagos voladores, fantasmas resplandecientes y macabros enanos de jardín contribuyen a crear una atmósfera espeluznante. Las decoraciones transforman espacios ordinarios en paraísos encantados, capturando la esencia del espeluznante encanto de Halloween.
En Norteamérica, sobre todo en Estados Unidos y Canadá, Halloween se celebra con entusiasmo. Truco o trato, fiestas de disfraces y casas encantadas son omnipresentes. El significado cultural es inmenso, y las comunidades se reúnen para disfrutar de esta espeluznante temporada. El aspecto comercial, aunque prominente, no eclipsa la alegría comunitaria y el guiño nostálgico a antiguas tradiciones.
En Europa, Halloween varía según el país. Irlanda, cuna de Halloween, sigue honrando sus raíces con hogueras y juegos. El Reino Unido acoge la espeluznante temporada con entusiasmo, mientras que Dinamarca le da su propio toque, mezclando elementos tradicionales de Samhain con festividades modernas. Las celebraciones europeas de Halloween son un testimonio de la riqueza cultural del continente.
Asia ofrece una fascinante variedad de festivales que resuenan con los temas de Halloween. En Japón, el festival O-Bon consiste en encender linternas para guiar a los espíritus a casa. En el Festival de los Fantasmas Hambrientos de China se hacen ofrendas para apaciguar a los espíritus errantes. En Filipinas, Pangangaluluwâ consiste en que los niños canten a cambio de oraciones o golosinas. Estas tradiciones, aunque no son Halloween en el sentido occidental, tienen en común honrar a los muertos y celebrar lo sobrenatural.
En México, el Día de los Muertos es una vibrante celebración que honra a los seres queridos fallecidos con altares, caléndulas y calaveras de azúcar. Aunque distinta de Halloween, comparte el tema de la comunión con los muertos. En otros países latinoamericanos, Halloween está ganando popularidad, sobre todo entre los más jóvenes, que celebran con gusto las fiestas de disfraces y el "truco o trato".
Las nuevas tendencias de Halloween son notables en Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Influenciadas por las costumbres occidentales, estas celebraciones se mezclan a menudo con los acontecimientos primaverales locales. Ciudad del Cabo Carnaval, con sus vibrantes disfraces, ofrece una muestra de la teatralidad de Halloween, mientras que en Oceanía, Halloween es una festividad floreciente, recibida con una mezcla de entusiasmo y encanto tradicional.
Nos encantaría ver tus decoraciones, disfraces y fiestas de Halloween. Comparte tus fotos espeluznantes en Instagram usando el hashtag #FlyingTigerHalloween.
@mamaisonbourguignogne
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Desde sus antiguas raíces celtas hasta sus celebraciones mundiales de hoy en día, Halloween es un testimonio del amor de la humanidad por el misterio, la magia y una buena fiesta. Ya sea tallando calabazas, disfrazándose con un disfraz fantástico o explorando lugares encantados, el espíritu de Halloween nos invita a abrazar lo encantador y lo espeluznante. Mientras nos preparamos para esta noche mágica, celebremos el rico tapiz de tradiciones que hacen de Halloween un verdadero fenómeno mundial. Y recuerda, cada cuento espeluznante y cada calabaza tallada es un guiño a la historia que nos ha traído hasta aquí. Así pues, dejemos que el espíritu de Halloween ilumine nuestra noche y llene nuestro corazón de asombro y deleite.
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